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e llegado a un momento que siento que desperté unos 18 años después, no sé en qué momento dejaron de llamarme niña para decirme mujer, no sé cómo amanezco en la cama de un hombre sin vergüenza alguna, no me percaté en que momento crecí y cambié mis juguetes por preocupaciones.
O me ha ido muy bien o realmente crecí muy rápido, tanto que no sé si es que soy infantil o el tiempo se quedó sin príncipes llenándose solo de hombres, esos que matan lo que los caballeros intentaron mantener vivo, en cambio el objetivo sigue siendo el mismo, lo que en su trayectoria cavernícola siempre importó.
Mi camino no ha sido largo más sin embargo extraño el paseo a ojos cerrados que di en mi vida, a cada error le guardo un cariño distinto, porque gracias a ellos me he convertido en una mujer con muchas agallas aunque me falte más independencia, pero eso lo resolveré con el tiempo y las decepciones.
Dejé lo fácil por el éxtasis que se siente de alcanzar lo difícil, que sé que vale la pena intentarlo; Amo las compras porque me lo grita mi personalidad madura; preferí aprender a amar que hacer cosas menos dolorosas como cortarme los dedos en pedacitos o algo así.
Mi único vicio es una boca, la apariencia mi preocupación.
Al final soy una adulta, no se cuándo me gradué, ni como lo logré pero… aquí estoy viéndome voluptuosa y con habilidades distintas, amando lo que fui y lo que soy.
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